domingo, 22 de mayo de 2011

••• Heaven & Hell

Publicado por Proximaati en 4:22
Cuando terminó aquello supe que nunca iba a volver a sentirlo, jamás. Fue fuerte, y fue único y sólo tú fuiste capaz de darmelo, y no hay nadie más en el mundo que ahora pueda volver a darme eso que una vez me diste tú. Ni tampoco creo que ahora, después de tanto tiempo, después de haber cambiado tanto, volvieras a aparecer... no, no sería lo mismo. Aquello murió y nada ni nadie puede hacerlo resucitar.
Y entonces pensaba que si aquello era imposible de revivir, entonces, quedaría sumergida en la tristeza toda la vida. Y no estoy hablando de la tristeza del modo "lloro todos los días", no, esa no, hablo de aquella tristeza que te acompaña tanto tiempo que una se termina acostumbrando a su presencia, y no duele tanto, pero sí que pesa, sí que pesan las sonrisas fingidas y sí que pesa el vacío en el pecho (irónico, ¿eh?). Pensaba que no habría hombre en este mundo por el cual yo podría tener algún interés: eran todos inmaduros, o simplemente estúpidos, o que sé yo. Quizás él también fuera así, pero yo, cegada de amor, ni lo vi. La cuestión es que no aparecía nadie que me hiciera ver un rayo de luz en ese túnel en el que estaba, un hilo de esperanza dentro de mi desesperanza.
Hasta que un día, apareció alguien. No sé como fue, pero ese alguien consiguió meterse en mi cabeza, consiguió que lo pensara cada día, cada hora. Sé convirtió en mi primer pensamiento del día y mi último pensamiento de la noche. Me invadió hasta en sueños. Porque, me atravería a decir, que consiguió derretir un poco mi congelado corazón y entrar en él. Él no es mio ni yo soy suya. Hay muchas cosas que juegan en nuestra contra... pero quiero pensar que la única razón que juega a nuestro favor es mucho más fuerte.
Él no me hizo sentir lo que yo ya había sentido antes. Él me hizo sentir algo distinto, algo que ahora me gusta más, algo mejor. Algo que no sabía que podría llegar a sentir. Y aunque aún no haya nada, y aunque quizás nunca lo haya (pero por favor, que lo haya, que lo haya) habrá valido la pena. Porque he de decirlo: es tan bonito este sentimiento, que me hace feliz. Y me da igual que por momentos me sienta como si estuviera viviendo en el infierno, porque sufro también, es verdad... pero los momentos en los que estoy en el cielo, no los cambio por nada en este mundo.
Y algún día, será todo paraíso y nada más.
Y algún día, seremos tú y yo y nada más.

2 comentarios:

Arcoiris del mundo on 24 de mayo de 2011, 2:40 dijo...

waw BONÍTO!

Loren on 2 de junio de 2011, 22:16 dijo...

Me gusta tu forma de pensar, muy positiva y optimista! :)
Y me alegra que seas feliz!
Un besazo!

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domingo, 22 de mayo de 2011

••• Heaven & Hell

Cuando terminó aquello supe que nunca iba a volver a sentirlo, jamás. Fue fuerte, y fue único y sólo tú fuiste capaz de darmelo, y no hay nadie más en el mundo que ahora pueda volver a darme eso que una vez me diste tú. Ni tampoco creo que ahora, después de tanto tiempo, después de haber cambiado tanto, volvieras a aparecer... no, no sería lo mismo. Aquello murió y nada ni nadie puede hacerlo resucitar.
Y entonces pensaba que si aquello era imposible de revivir, entonces, quedaría sumergida en la tristeza toda la vida. Y no estoy hablando de la tristeza del modo "lloro todos los días", no, esa no, hablo de aquella tristeza que te acompaña tanto tiempo que una se termina acostumbrando a su presencia, y no duele tanto, pero sí que pesa, sí que pesan las sonrisas fingidas y sí que pesa el vacío en el pecho (irónico, ¿eh?). Pensaba que no habría hombre en este mundo por el cual yo podría tener algún interés: eran todos inmaduros, o simplemente estúpidos, o que sé yo. Quizás él también fuera así, pero yo, cegada de amor, ni lo vi. La cuestión es que no aparecía nadie que me hiciera ver un rayo de luz en ese túnel en el que estaba, un hilo de esperanza dentro de mi desesperanza.
Hasta que un día, apareció alguien. No sé como fue, pero ese alguien consiguió meterse en mi cabeza, consiguió que lo pensara cada día, cada hora. Sé convirtió en mi primer pensamiento del día y mi último pensamiento de la noche. Me invadió hasta en sueños. Porque, me atravería a decir, que consiguió derretir un poco mi congelado corazón y entrar en él. Él no es mio ni yo soy suya. Hay muchas cosas que juegan en nuestra contra... pero quiero pensar que la única razón que juega a nuestro favor es mucho más fuerte.
Él no me hizo sentir lo que yo ya había sentido antes. Él me hizo sentir algo distinto, algo que ahora me gusta más, algo mejor. Algo que no sabía que podría llegar a sentir. Y aunque aún no haya nada, y aunque quizás nunca lo haya (pero por favor, que lo haya, que lo haya) habrá valido la pena. Porque he de decirlo: es tan bonito este sentimiento, que me hace feliz. Y me da igual que por momentos me sienta como si estuviera viviendo en el infierno, porque sufro también, es verdad... pero los momentos en los que estoy en el cielo, no los cambio por nada en este mundo.
Y algún día, será todo paraíso y nada más.
Y algún día, seremos tú y yo y nada más.

2 comentarios:

 

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