viernes, 29 de abril de 2011

••• Goodbye...

Publicado por Proximaati en 5:23
Escribo esto porque una parte de mí necesita decirte adiós... porque es así como lo siento,
como si esto fuera un adiós. Aún no consigo entender por qué, pero es una despedida sin despedida, es un fin inesperado. Pero al fin y al cabo, es un adiós más de los tantos en mi vida.
Tú ni siquiera me echarás de menos, ya lo sé. No comprendo como pudimos alejarnos tan de
golpe, como un día eras todo sonrisas y palabras bonitas, como me un día me hacías sentir que te importo, especial... y al día siguiente, eras un desconocido, alguien distinto que
parecía molesto con mi presencia. ¿Qué hice? No lo sé. ¿Hice algo? Estaba todo
perfectamente bien y en un abrir y cerrar de ojos todo cambió a estar jodidamente mal.
En realidad, supongo que ya sé lo que pasó. Que era mentira... que era mentira todo lo que
me decías, que no lo sentías realmente, que sólo era un juego para ti, una distracción para
escapar de la soledad que sentías en un momento exacto de tu vida. Quizás sea que
encontraste a otra persona, pero no entiendo por qué no me lo dirías. Al fin y al cabo, tú y
yo nunca fuimos nada. Pero para mí, lo eras todo. Sin darme cuenta te convertí en mi
bastón: en mi punto de apoyo. Me volqué en ti. Tú eras quien me mantenía en pie, aunque
tú ni lo sabías. Y una vez que te fuiste, caí, desaparecío el bastón y me estampé de cara
contra el suelo. Un suelo que parecía estar lleno de trozitos de cristal, esos trozitos que se
clavaron en mí, y son demasiados pequeños como para poder sacarlos, y a la vez,
demasiados dolorosos como para soportarlos. Ya estoy acostumbrada a caer, asi que he
aprendido a levantarme... he aprendido a fingir una sonrisa, a pesar de estar sangrando.
... tú fuiste quien consigió sacarme sonrisas verdaderas como hacía tiempo que nadie
conseguía. Y el hablar tan solo unos minutos contigo me daba la fuerza necesaria para
pasar todo el resto del día manteniendo esa sonrisa... esa sonrisa... esa sonrisa real, me temo
que tengo miedo de haberla olvidado. Es así como lo siento. Son todas sonrisas finjidas...
sonrisas que intento yo misma convencerme de que son verdaderas, de la misma manera
que a veces consigo engañarme y decir que no me importa tu ausencia (porque al fin y al
cabo, nunca tuve tu presencia) pero son solo mentiras. Y que nadie me diga que está mal
engañarme a mí misma, porque son mentiras que invento para seguir adelante.
Estoy tan cansada de las despedidas. Aunque esto no haya sido una despedida, es un
adiós. Nunca volveremos a ser lo que fuimos, si es que llegamos a ser algo.
Es tanta la impotencia que siento. Por no saber que sucedió, por no poder hacer algo que
cambie lo que sea que haya pasado.
Yo sí te extraño todos y cada uno de los días. Da igual que haya borrado fotos, y tirado o
cambiado cosas que me recordaban a ti: siempre hay algo que lleva tu nombre.
Me digo a mí misma que sabía que pasaría esto, era lo que estaba esperando desde el
primer momento en que te conocí. Porque eras demasiado perfecto, y ¡maldita sea! sigo
pensando que aún lo eres. Sigo pensando que eres la persona indicada para mí, que quiero
pasar mi vida a tu lado, y que algún día viajaré y estaré allí para siempre si tú me quieres.
Pero todo eso ya no importa, ahora cada cual vive su vida sin preguntarse que hará el otro,
¿verdad? El típico "si te he visto no me acuerdo..."
Por lo tanto... adiós. Te lo digo con lágrimas en los ojos y un nudo en el corazón. Adiós. E
intento pensar en otra cosa para decirte y así, alargar la despedida y que no llegue esa maldita palabra de 5 cifras que suenan como un disparo directo al corazón.
Adiós amor perfecto, siempre pensaré en ti como ese amor ideal que quise y no pude tener.
Pensaré en ti con amor, por lo que eres... y a la vez, con un poco de odio (mejor dicho,
DOLOR) por como te has ido de mi vida sin avisar, por como me has dejado desprotejida
ante esta tormenta que se vino ante mí de manera violenta, por como me has dejado sola sabiendo que lo único que tenía eras tú.
Adiós...

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viernes, 29 de abril de 2011

••• Goodbye...

Escribo esto porque una parte de mí necesita decirte adiós... porque es así como lo siento,
como si esto fuera un adiós. Aún no consigo entender por qué, pero es una despedida sin despedida, es un fin inesperado. Pero al fin y al cabo, es un adiós más de los tantos en mi vida.
Tú ni siquiera me echarás de menos, ya lo sé. No comprendo como pudimos alejarnos tan de
golpe, como un día eras todo sonrisas y palabras bonitas, como me un día me hacías sentir que te importo, especial... y al día siguiente, eras un desconocido, alguien distinto que
parecía molesto con mi presencia. ¿Qué hice? No lo sé. ¿Hice algo? Estaba todo
perfectamente bien y en un abrir y cerrar de ojos todo cambió a estar jodidamente mal.
En realidad, supongo que ya sé lo que pasó. Que era mentira... que era mentira todo lo que
me decías, que no lo sentías realmente, que sólo era un juego para ti, una distracción para
escapar de la soledad que sentías en un momento exacto de tu vida. Quizás sea que
encontraste a otra persona, pero no entiendo por qué no me lo dirías. Al fin y al cabo, tú y
yo nunca fuimos nada. Pero para mí, lo eras todo. Sin darme cuenta te convertí en mi
bastón: en mi punto de apoyo. Me volqué en ti. Tú eras quien me mantenía en pie, aunque
tú ni lo sabías. Y una vez que te fuiste, caí, desaparecío el bastón y me estampé de cara
contra el suelo. Un suelo que parecía estar lleno de trozitos de cristal, esos trozitos que se
clavaron en mí, y son demasiados pequeños como para poder sacarlos, y a la vez,
demasiados dolorosos como para soportarlos. Ya estoy acostumbrada a caer, asi que he
aprendido a levantarme... he aprendido a fingir una sonrisa, a pesar de estar sangrando.
... tú fuiste quien consigió sacarme sonrisas verdaderas como hacía tiempo que nadie
conseguía. Y el hablar tan solo unos minutos contigo me daba la fuerza necesaria para
pasar todo el resto del día manteniendo esa sonrisa... esa sonrisa... esa sonrisa real, me temo
que tengo miedo de haberla olvidado. Es así como lo siento. Son todas sonrisas finjidas...
sonrisas que intento yo misma convencerme de que son verdaderas, de la misma manera
que a veces consigo engañarme y decir que no me importa tu ausencia (porque al fin y al
cabo, nunca tuve tu presencia) pero son solo mentiras. Y que nadie me diga que está mal
engañarme a mí misma, porque son mentiras que invento para seguir adelante.
Estoy tan cansada de las despedidas. Aunque esto no haya sido una despedida, es un
adiós. Nunca volveremos a ser lo que fuimos, si es que llegamos a ser algo.
Es tanta la impotencia que siento. Por no saber que sucedió, por no poder hacer algo que
cambie lo que sea que haya pasado.
Yo sí te extraño todos y cada uno de los días. Da igual que haya borrado fotos, y tirado o
cambiado cosas que me recordaban a ti: siempre hay algo que lleva tu nombre.
Me digo a mí misma que sabía que pasaría esto, era lo que estaba esperando desde el
primer momento en que te conocí. Porque eras demasiado perfecto, y ¡maldita sea! sigo
pensando que aún lo eres. Sigo pensando que eres la persona indicada para mí, que quiero
pasar mi vida a tu lado, y que algún día viajaré y estaré allí para siempre si tú me quieres.
Pero todo eso ya no importa, ahora cada cual vive su vida sin preguntarse que hará el otro,
¿verdad? El típico "si te he visto no me acuerdo..."
Por lo tanto... adiós. Te lo digo con lágrimas en los ojos y un nudo en el corazón. Adiós. E
intento pensar en otra cosa para decirte y así, alargar la despedida y que no llegue esa maldita palabra de 5 cifras que suenan como un disparo directo al corazón.
Adiós amor perfecto, siempre pensaré en ti como ese amor ideal que quise y no pude tener.
Pensaré en ti con amor, por lo que eres... y a la vez, con un poco de odio (mejor dicho,
DOLOR) por como te has ido de mi vida sin avisar, por como me has dejado desprotejida
ante esta tormenta que se vino ante mí de manera violenta, por como me has dejado sola sabiendo que lo único que tenía eras tú.
Adiós...

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