Debo confesar que me encantan los flechazos a primera vista. Ya sé, son pura superficialidad, pero tienen una cierta magia, ¿verdad? El juego de las miradas... el hablar con los ojos. Fueron muchas las veces que me dije "debería acercarme y hablarle"... pero creo que perdería parte de gracia, de esta magia de la que hablo. Quizás sea una vaga excusa que pongo para mi cobardía, pero es que de esta manera también se evitan decepciones. Así me doy el lujo de idealizarlo y pensar lo perfecto que sería para mí, tener a alguien con quien soñar, pero sin sufrir.
De esta manera no me siento tan vacía como realmente estoy, ni tan llena de correr el riesgo de explotar de nuevo.
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