¿Sabes en lo que no te paraste a pensar? Que yo me preguntaría porqué. Ni te imaginabas que yo averiguaría que huiste. Pero así lo hice. Y ahora tú no te podrás olvidar de mí, y ¿sabés por qué? Porque yo no me puedo olvidar de ti.
Y aunque suenen patéticas mis cartas y mis textos, te suplico que vuelvas. Que no hay necesidad de huir, de escapar. Y mientras me quede aliento, o tienta en este caso, no dejaré de recordartelo.
(oalmenosdejamehuirjuntoati)
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